El metro en hora punta puede ser un espacio amplio y relajado si se compara con la que se organizó en la estación de Príncipe Pío en 2003. Unos 10.000 jóvenes se hacinaron entonces para ver las actuaciones de Hamlet, Sex Museum, Celtas Cortos y Sexy Sadie. Cuando Jesús Cifuentes, cabecilla de Celtas Cortos, entonó aquello de "tranquilo majete en tu sillón", algunos chavales estuvieron a punto de despeñarse en dirección a las vías.
"Ahí decidimos que habíamos crecido demasiado y que debíamos sacar el festival del metro", relata Roberto Azorín, 47 años, director de MetroRock desde su nacimiento, en 1999. Algunas ediciones después de aquel momento clave, MetroRock afronta este año con una filosofía: tirar de ingenio es la única forma de sobrevivir.
Guerra de festivales. Ése es el conflicto. Si no cuentas con artillería (hablando en plata: dinero), mejor optar por la retirada. Es lo que le ha ocurrido a MetroRock. "Con el presupuesto que tenemos", relata el director del festival, "no podemos entrar en la locura que se ha desatado. La competencia entre festivales ha disparado los precios. O nos apartábamos de esa batalla o corríamos el peligro de desaparecer". Conclusión: los organizadores pasaron el festival a septiembre en lugar de junio, un mes congestionado por Madrid Rock In Rio, y muy próximo a Summercase, Cultura Urbana, Electric Weekend (versión capitalina de Benicàssim).
Más daños colaterales: prohibido contratar a grupos extranjeros, con unos cachés infladísimos. "Lo intentamos con Amy Winehouse, pero llegó Rock In Rio y pagó el doble", informa Azorín. Con las manos atadas, el festival optó por un cartel con grupos españoles, ostensiblemente más económicos que los de fuera. Grupos como Franz Ferdinand, Beck, Paul Weller y My Chemical Romance, participantes en años anteriores son demasiado caros. Este año, sólo habrá agrupaciones en castellano: Andrés Calamaro, Melendi, Los Delinqüentes, Elbicho y Siniestro Total. El presupuesto de MetroRock es de 1,6 millones de euros (el 40% lo aporta la Comunidad, el Ayuntamiento y Metro; y el 60% restante patrocinadores privados); el de Rock In Rio fue de 13 millones de euros.
Otra novedad es el cambio de ubicación, pero esta vez es por las protestas vecinales relacionadas con el excesivo ruido. No habrá más conciertos en el Parque de Juan Carlos I. El nuevo recinto será la Universidad Complutense de Madrid.
En cuanto al cartel, quizá la presencia de Melendi sorprenda a los más puristas. El asturiano se muestra entusiasmado: "Me hace mucha ilusión tocar con Calamaro. No le conozco, así que espero saludarle. Tiene una cabeza muy intrigante".
Ayer se habían vendido unas 10.000 entradas. Los organizadores esperan llegar a las 15.000. Hay de sobra, porque el recinto puede acoger a 40.000 personas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario